martes, 17 de enero de 2023

Universo en expansión - Juan García-Bellido Capdevila

Si el universo está en expansión ¿cómo fue al principio?
(Por Juan García-Bellido Capdevila)

(Noviembre 2016)



1          Hubble y la expansión del universo.

Cuando Albert Einstein formuló la teoría de la relatividad general, hace ahora un siglo, no podía imaginar que nuestra visión del universo iba a cambiar de manera tan drástica. Unos años después, Vesto Slipher y Edwin Hubble mostraban que los objetos nebulosos que ahora llamamos galaxias se alejaban de nosotros a enormes velocidades. George Lemaitre, usando las ecuaciones de Einstein y Alexander Friedmann interpretó correctamente dichos desplazamientos como debidos a la expansión del universo. Esto cautivó la imaginación de los cosmólogos y abrió las puertas a la exploración de un posible origen del universo: si el universo está hoy en expansión, eso es que en el pasado tuvo que estar más concentrado y por tanto más caliente. Por otra parte, si el universo tuvo un origen, entonces tenemos acceso a solo una región finita del universo (que llamamos universo observable) que es aquella de la cual nos llega luz y cuyo tamaño es aproximadamente la edad del universo por la velocidad de la luz. Hoy en día nos llega luz de los confines del universo, en concreto del momento en que el plasma caliente primigenio se enfrió por la expansión lo suficiente para que se formaran los primeros átomos. Esta luz la detectamos en el rango de microondas y constituye la imagen más antigua del universo.

Ahora bien, si el universo está en expansión ¿qué agente actuó como disparador? La respuesta curiosamente estaba implícita en las propiedades del fondo de radiación de microondas. La luz de este fondo tiene un espectro de energía que corresponde a una única temperatura, cualquiera que sea la dirección en la que miremos. Según las ecuaciones de Einstein, esto no debería ser posible ya que fué emitida hace miles de millones de años, cuando el universo era mucho más pequeño, y regiones que hoy en día estan separadas por más de un grado en el cielo, entonces no estaban en contacto causal, luego no podrían haberse puesto de acuerdo en emitir fotones con la misma temperatura. A esas regiones causales se les conoce como horizontes, y son una característica ineludible de la estructura del espacio-tiempo.

 

2          Cosmología inflacionaria.

La solución vino de la mano de la física de altas energías, que postuló un periodo de expansión acelerada anterior a la formación de los primeros elementos, llamado inflación. De manera que regiones que estaban en contacto causal durante inflación dejaron de estarlo debido a la rápida expansión, que las sacó fuera del horizonte. Más tarde, cuando la inflación termina y se genera toda la materia, la expansión decelerada hace que vuelvan a entrar en el horizonte. Luego la razón por la que vemos regiones separadas en el cielo con la misma temperatura es una consecuencia directa de ese proceso inflacionario, que dio el pistoletazo de salida a la expansión del universo. La dinámica responsable de la inflación aún no se conoce. La teoría postula un campo escalar efectivo similar al de Higgs cuya densidad de energía acelera el universo. El origen de este proceso inflacionario bien podría ser una fluctuación cuántica del propio espacio-tiempo, a escalas de energías próximas a las de la gravedad cuántica, caracterizadas por la masa de Planck, diecinueve órdenes de magnitud mayor que la masa del protón y muy lejos de poder ser explorada con los actuales aceleradores de partículas.

 

3          Fluctuaciones cuánticas y formación de galaxias.

La enorme densidad de energía responsable del proceso inflacionario hizo que el universo se expandiera al menos treinta órdenes de magnitud, hasta tamaños del órden de un centímetro. Esta fenomenal expansión allanó cualquier grumo que pudiera tener el universo primordial y lo hizo extraordinariamente plano (esto es, Euclídeo). Lo interesante es que las propias fluctuaciones cuánticas del campo del inflatón perturbaron la métrica del espacio-tiempo, dejando su huella en forma de ondas, similar a las que deja la marea en la arena cuando se retira. Al final de la inflación, la enorme densidad de energía se transformó de forma explosiva (de ahí el nombre de “Big Bang”) en otras partículas de materia y energía que llenaron esas huellas. Cuando observamos el fondo de radiación de microondas se pueden ver los grumos de materia, en los cuales se dispersan los fotones antes de viajar hacia nosotros, como pequeñas desviaciones respecto a la temperatura común del fondo. Estas pequeñas perturbaciones de materia fueron creciendo conforme se expandía el universo, hasta formar las galaxias y cúmulos de galaxias. Las propiedades estadísticas de las fluctuaciones en la temperatura del fondo de microondas y las perturbaciones en la densidad de galaxias concuerdan entre sí y están de acuerdo con las predichas por el paradigma de inflación. Sin embargo, estas fluctuaciones no nos permiten todavía medir la escala de energía a la que este proceso ocurrió. Para ello es necesario tener en cuenta que, además de grumos de densidad, la inflación genera ondas gravitacionales, cuya amplitud es proporcional a la escala de inflación. Si en un futuro próximo detectamos las huellas dejadas por las ondas gravitacionales en la polarización del fondo de radiación, podremos determinar dicha escala de energía. Hay varios experimentos tomando datos en estos momentos y varios satélites propuestos, y su detección abriría la exploración de nueva física a gran escala de energía, inalcanzable por los actuales y futuros aceleradores de partículas.

 

4          El recalentamiento después de Inflación: el Big Bang.

Como hemos descrito antes, al final de inflación se genera toda la materia y energía en un proceso explosivo asociado a la desintegración del campo del inflatón, que llamamos el Big Bang. El proceso es tan violento que debió dejar un fondo de ondas gravitacionales que eventualmente seremos capaces de detectar, aunque su frecuencia típica está muy lejos del rango de sensitividad de los detectores actuales como LIGO. Antes del Big Bang, la enorme expansión inflacionaria del universo diluyó toda la materia que pudiera haber habido antes, luego solo quedaba el campo homogéneo del inflatón, es decir, la entropía del universo era aproximadamente cero. Con la fenomenal conversión de energía en el Big Bang se formaron de golpe trillones de trillones de partículas (concretamente diez elevado a noventa partículas), y por tanto una enorme entropía. Desde ese momento, el univeso se expande lentamente de forma cuasiadiabática, sin producción de entropía. En termodinámica cuántica hay un límite (descubierto por Bekenstein) a la cantidad de entropía que puede almacenar una región finita del espacio. La máxima entropía se alcanza cuando todo el sistema en dicha región llega al equilibrio termodinámico. A pesar de la enorme producción de partículas y entropía al final de inflación, el universo tenía un tamaño tan grande que la máxima entropía que podía contener era aún mucho mayor que la generada en el Big Bang. Eso ha permitido que en la evolución posterior del universo sea posible tener procesos que creen estructuras ordenadas que disminuyen la entropía, a costa de la entropía total del universo, que aumenta. Hoy en día los procesos de formación de galaxias por colapso gravitacional son capaces de crear orden porque aún nos queda un potencial enorme de aumento de entropía antes de llegar al equilibrio termodinámico. Esto explica, entre otras cosas, que sea posible que se dé la vida en nuestro universo, pues crea orden a costa de la entropía total, algo que obsesionaba a Lord Kelvin y a Ludwig Boltzmann a finales del s.XIX, que no entendían por qué no habíamos llegado ya a la muerte térmica en un universo eterno e infinito. Luego inflación no solo explica por qué es plano y homogéneo nuestro universo, sino que da el pisoletazo de salida del Big Bang y determina las condiciones iniciales de baja entropía que permiten la vida. Esta propiedad de inflación no suele discutirse, pero resulta esencial para comprender nuestra existencia en el universo.

 

5          Metauniverso: la estructura a muy gran escala del universo.

Nosotros observamos una región finita del universo, aquella de la cual nos llegan fotones y ondas gravitacionales desde el origen del universo. Esta región es una esfera centrada en la Tierra, con radio aproximado de cuarenta y seis mil millones de años luz, y constituye un horizonte físico. Puede parecer inmenso, inabarcable, pero esa región no comprende todo el universo. Aunque no nos llegue luz, sabemos que hay espacio-tiempo más allá de este horizonte ya que observamos que nuestro universo observable es aproximadamente euclídeo, con una curvatura espacial menor del 0.1%, luego al menos el espacio se extiende unas mil veces más allá del universo observable.

En el contexto de inflación,  el universo es esencialmente infinito, nuestra región del universo surgió hace trece mil ochocientos millones de años, pasó por un periodo inflacionario y más tarde decayó generando todo lo que vemos, pero hay regiones del universo muy alejadas de nosotros que podrían estar aún sufriendo dicho proceso de expansión acelerada. Es más, según el paradigma de inflación, dichas regiones podrían ser muy distintas de la nuestra, incluso con distintas constantes fundamentales como la masa del neutrino o la constante de interacción fuerte o el contenido de materia oscura. Hablamos por tanto de un “metauniverso”, donde las características locales no tienen por qué ser universales. Es cierto que esta estructura a muy gran escala de universo está tan lejos que no tenemos ninguna evidencia de su existencia, luego es más especulativo que ninguna de las otras predicciones de inflación.

 

6          El futuro de la expansión del universo.

En estos momentos conocemos con bastante precisión el contenido de materia y energía del universo observable. Sabemos que además de materia similar a aquella de la cual estamos hechos, hay una enorme cantidad de materia oscura, posiblemente agujeros negros primordiales, generados cuando el universo tenía menos de un segundo. También hay una pequeñísima densidad de energía (así llamada oscura) responsable de la aceleración actual del universo, que por el momento no somos capaces de distinguirla de una constante cosmológica. Pues bien, el futuro de la expansión del universo depende muy sensiblemente de la naturaleza de dicha energía oscura. Si es una constante fundamental, entonces el universo se seguirá expandiendo de forma acelerada y diluyéndose hasta que cada galaxia terminará aislada, en lo que se conoce con el Big Chill. Alternativamente, si la energía oscura decae en materia, como ocurrió al final de inflación, podría terminar en un Big Crunch. Finalmente, si la energía oscura crece con el tiempo, entonces la aceleración se hace cada vez mayor e incluso la estructura del espacio-tiempo sufre un desgarro y terminamos con un Big Rip. Ninguna de las tres alternativas son atractivas, pero su realización dependerá del contenido de materia y energía del universo observable. Por ello se están estudiando enormes cantidades de galaxias, en grandes regiones del espacio, para poder determinar con mayor precisión cuál es la naturaleza de la energía oscura y por tanto el destino del universo. Creo que el esfuerzo bien vale la pena.


Figure Caption: El proceso inflacionario se describe como una canica (cuya posición determina el valor del campo del inflatón) cayendo en un cuenco (cuya altura determina la densidad de energía del campo). La enorme energía aproximadamente constante del inflatón acelera el universo de forma casi exponencial. Al final de inflación las oscilaciones del campo alrededor del fondo del potencial recalienta el universo, generando toda la materia y energía que observamos. Llamamos Big Bang a este proceso y es tan violento que tuvo que producir enormes cantidades de ondas gravitacionales, que eventualmente serán detectadas.

 


Bibliografía:

“El universo inflacionario”, Alan Guth, Investigación y Ciencia, Nº 94, Julio 1984

“El universo inflacionario autoregenerante”, Andrei Linde, Investigación y Ciencia, Nº 220, Julio 1995

“El universo elegante”, Brian Green, Ed. Crítica, Drakontos (2006).

 

 

Juan García-Bellido Capdevila

Doctor Física Teórica

Catedrático, Universidad Autónoma de Madrid

 

Juan García-Bellido Capdevila



Profesor de Física Teórica de la Universidad Autónoma de Madrid e investigador del Instituto de Física Teórica del CSIC.

Autor de más de centenar y medio de artículos en revistas especializadas, es un cosmólogo teórico reconocido internacionalmente. Discípulo de Andrei Linde, ha trabajado en el CERN, el Imperial College de Londres y la Universidad de Stanford.

Sus investigaciones cubren un amplio rango de fenómenos, desde el origen del universo en términos de la teoría de la inflación cosmológica, hasta la formación de galaxias y la naturaleza de la materia y energía oscuras.

Es un amante de la música y de la pintura. Está casado y tiene dos hijos.


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