¿Podrían los océanos volverse tan salados como
para matar toda la vida marina?
(Por
Joaquim Ballabrera Poy y Emilio García Ladona)
Capítulo 28 de CIENCIA, y además lo entiendo!!!
Alrededor
del 71% de la superficie de la Tierra está cubierta por mares y océanos. La
principal característica del agua marina es su sabor salado. La salinidad de
los océanos se refiere a la cantidad de sales disueltas en el agua de mar. La
"salinidad" del agua dulce de la mayoría de ríos y lagos es por lo
general alrededor de un gramo, o menos, de sales disueltas por cada kilogramo
de agua. La concentración promedio de la salinidad de los océanos es de unos 35
gramos de sales en cada kilogramo de agua de mar. En los estuarios, donde el
agua de mar se mezcla con el agua dulce de los ríos, el rango de salinidad
varía entre los dos valores mencionados. Las aguas con mayor concentración de
sales del mundo se encuentran en el lago San Juan, en la Antártida, donde la
concentración de salinidad puede llegar a 440 gramos de sal por kilogramo de
agua. En este tipo de ecosistemas hipersalinos viven únicamente especies
específicas de crustáceos y microbios. El volumen total de los océanos es de
aproximadamente 1,35 × 109 km3 = 1,35 × 1018 m3.
Un sencillo cálculo nos proporciona una estimación aproximada de la cantidad
total de sales en el océano. Si la densidad media de los océanos es 1.027 kg /
m3, la masa total de los océanos es de aproximadamente 1,39 × 1021
kg, y la cantidad total de sales es, pues, de 4,85 × 1016 toneladas.
Desde mediados del siglo XVIII, los
químicos han desarrollado métodos para el análisis químico del agua,
desarrollados originalmente para ayudar a purificar el agua potable. Hoy
sabemos que el agua de mar es una solución de todos los elementos presentes en
la naturaleza. En mar abierto, los iones disueltos más abundantes son el
cloruro (alrededor de 19,0 gramos), sodio (10,6 gramos), sulfato (2,7 gramos),
magnesio (1,3 gramos), calcio (0,4 gramos), potasio (0,4 gramos), bicarbonato
(0,1 gramos), bromuro, ácido bórico (menos de 0,1 gramos), y estroncio y
fluoruro (menos de 0,01 gramos por kilogramo de agua de mar). A partir del
análisis químico de las muestras recogidas durante la expedición del H.M.S.
Challenger (1872-1876), se encontró que la relación de las concentraciones de
dichos componentes es muy similar en la mayor parte del océano abierto. Estos
componentes se denominan conservativos debido a que sus concentraciones no se
ven afectadas por las reacciones biológicas y químicas que comúnmente tienen
lugar en los océanos. La mayor parte del resto de los componentes del agua son
llamados no conservativos debido a que sus concentraciones cambian de manera
significativa debido a la actividad biológica y reacciones químicas presentes
en los océanos.
1 Procesos que añaden y eliminan la sal
del agua marina
Para explicar por qué el mar es salado
y qué sales contiene, rápidamente se hizo hincapié en el hecho que el agua es
un potente disolvente donde los azúcares y sales inorgánicas se disuelven
fácilmente. En los continentes, el agua de los ríos disuelve las rocas y
sedimentos (meteorización) en su camino hacia el mar. Ese proceso ya se había
mencionado en el siglo XVI como el origen de la salinidad de los océanos. De
hecho, cada año los ríos vierten cerca de cuatro mil millones de toneladas (4 ×
1012 kg) de sales disueltas en el océano. Si la salinidad del océano
se debiera únicamente a la erosión de las rocas de la corteza continental, la
salinidad del océano tendría que aumentar con el tiempo debido al continuo
fluir de los sedimentos desde los continentes hacia los océanos. Por otro lado,
la composición química relativa de ríos y mares debería ser similar (aunque los
mares tengan una concentración más alta). Pero hoy sabemos que éste no es el
caso: la composición relativa del agua marina y de los ríos es
significativamente diferente (Tabla 1). En efecto, si la erosión de las rocas
de la corteza continental fuera el único origen de sales de agua de mar, la
composición del agua de mar debería ser más rica en magnesio y más pobre en
cloruro y calcio.
AGUA MARINA
|
AGUA DE RÍO
|
|||
SUSTANCIA
|
Concentración
|
Relativaa Cl-
|
Concentración
|
Relativaa Cl-
|
Bicarbonato
(HCO3-)
|
0,105
|
0,0055
|
0,0530
|
6,3855
|
Calcio
(Ca+2)
|
0,404
|
0,0213
|
0,0147
|
1,7711
|
Chloruro
(Cl-)
|
18,980
|
1,0000
|
0,0083
|
1,0000
|
Magnesio
(Mg+2)
|
1,272
|
0,0670
|
0,0037
|
0,4458
|
Potasio
(K+)
|
0,390
|
0,0205
|
0,0014
|
0,1687
|
Sílice
(Si)
|
0,003
|
0,0002
|
0,0049
|
0,5904
|
Sodio
(Na+)
|
10,556
|
0,5562
|
0,0072
|
0,8675
|
Sulfato
(SO4-2)
|
2,649
|
0,1396
|
0,0115
|
1,3855
|
Tabla 1.
Concentraciones típicas (gramos por kilogramo) de los principales
constituyentes del agua de mares y rios. Unidades en %. A partir de la
Encyclopedia of Global Change: Environmental Change and Human Society, Volume
1, Edited by Andrew S. Goudie and David J. Cuff, Oxford University Press,
2001. 669 pp.
|
Uno de
los procesos que ayudan a explicar la diferente composición de ríos y mares es
la actividad volcánica. En efecto, las erupciones volcánicas son ricas en
compuestos de cloro, carbono y azufre. Los gases solubles en agua expulsados
por los volcanes se disuelven en la lluvia y precipitan. La deposición de
aerosoles también aporta compuestos de origen volcánico a los océanos. De
hecho, cuando se compara la composición química del agua de mar con la
composición química de la corteza continental y la del manto superior
terrestre, es esta última la que presenta una mayor similitud.
El último proceso que juega un papel
clave en la composición química del agua de mar fue, descubierto a finales de
la década de 1970, con el descubrimiento de los respiraderos hidrotermales de
las profundidades marinas, que se encuentran comúnmente en el fondo del mar
cerca de lugares de actividad volcánica y a lo largo de las dorsales oceánicas.
Erupciones en estos respiraderos eyectan columnas de agua sobrecalentada rica en minerales
(Ilustración 1). La temperatura del agua que emana de estos orificios de
ventilación varía de 25°C a 400°C. En estas zonas, el agua de los océanos puede
circular a través de una corteza oceánica rota y altamente porosa, permitiendo
el contacto entre rocas fundidas y el agua de mar. Las altas temperaturas y la presiones
permiten el establecimiento de una serie de reacciones químicas que modifican
la composición química tanto del agua marina como de la corteza oceánica. En
particular, el agua de mar pierde magnesio y gana calcio. Se estima que la
totalidad del agua oceánica circula a través de dichas regiones hidrotermales
en tan solo uno o dos millones de años.
Illustration 1: White chimneys at Champagne Vent site, NW Eifuku volcano (Japan).
The chimneys are about 20 cm across and 50 cm high, venting fluids at 103ºC. Source http://oceanexplorer.noaa.gov/explorations/04fire/logs/hirez/champagne_vent_hirez.jpg
The chimneys are about 20 cm across and 50 cm high, venting fluids at 103ºC. Source http://oceanexplorer.noaa.gov/explorations/04fire/logs/hirez/champagne_vent_hirez.jpg
Por otra parte, diversos procesos
biológicos y físicos eliminan las sales del agua marina. Por ejemplo, algunas
especies de fitoplancton (diatomeas) y cocolitóforos eliminan el calcio y
silicio del agua cerca de la superficie del océano. Estas especies usan estos
elementos para formar sus conchas. Las pesadas partículas de carbonato de
calcio (CaCO3),
sílice particulado (SiO2)
y pirita (FeS2)
acaban por precipitar hacia el fondo del océano, donde son enterradas y
eliminadas del sistema. Por otra parte, el carbono eliminado por el
fitoplancton para construir sus tejidos blandos acaba por convertirse en
alimento para los organismos superiores y bacterias.
Otro proceso por el cual el océano
pierde sales es el de la evaporación, que puede conllevar la precipitación de
minerales, especialmente de cloruro de sodio (NaCl) y sulfato de calcio (CaSO4) por la desecación de masas
aisladas de agua. Un ejemplo es el de la Crisis Salina del Messiniense, cuando
el cierre del estrecho de Gibraltar permitió que el mar Mediterráneo se
desecara a lo largo de un proceso cíclico de desecación-inundaciones que puede
haber durado 630.000 años. Cuando el estrecho de Gibraltar volvió a abrir por
última vez, los sedimentos habían enterrado a una cantidad estimada de 0,4 × 1016
toneladas de sales.
Cambios en la solubilidad de las aguas
oceánicas debido a cambios en la alcalinidad provocan la precipitación de
algunas de las sustancias disueltas. Por ejemplo, las concentraciones de
magnesio y calcio se encuentran en un delicado equilibrio y cualquier pequeño
cambio en la alcalinidad conduce a su precipitación. Nódulos de manganeso se
pueden encontrar en el sedimento del fondo marino en la mayoría de los océanos.
Además, el metabolismo bacteriano en los sedimentos modifica continuamente la
química del agua de mar, alternado la solubilidad de los materiales que se
encuentran en los sedimentos.
La pulverización de agua marina,
consistente en partículas expulsadas de la superficie del mar por el estallido
de burbujas (como por ejemplo las producidas cuando rompen las olas), elimina
iones disueltos en el agua de mar. Cloruro sódico e iones tales como K+,
Mg+2, Ca+2 y SO4-2
se eliminan del agua marina mediante este proceso. Por cierto, el proceso de
pulverización también juega un papel fundamental en el ciclo del azufre al
favorecer la emisión de sulfuro de dimetil (DMS), el principal gas biogénico
emitido desde el mar, responsable del olor a mar, y que influye en la formación
de nubes.
2 Tiempos de residencia
Un esquema de los principales procesos
de la adición y la eliminación de los iones disueltos en el agua marina se presenta en la Ilustración 2.
Existen evidencias que indican que la concentración de la sal del mar ha
cambiado poco en los últimos 1,5 mil millones de años. Por otra parte, la
tolerancia a la salinidad de las bacterias que vivieron hace 3,8 mil millones
de años indica que la salinidad ya habría sido similar en ese momento. La
estabilidad en los niveles de salinidad se ve favorecida por el hecho de que la
mayor parte de los mecanismos de eliminación de sales del agua de mar están
directamente relacionados con su concentración. A mayor concentración, mayor
tasa de eliminación de sal. En la década de
1950, los geólogos desarrollaron el concepto océano estacionario. En los
sistemas estacionarios, la velocidad de adición de cualquier propiedad debe ser
igual a la velocidad con la que dicha propiedad es eliminada. En tal caso, es
posible estimar el tiempo que una partícula o elemento tarda en abandonar el
sistema (el tiempo de residencia). Para un elemento dado en un estado de
equilibrio, el tiempo de residencia se define como:
TiempodeResidencia =
Concentración / Tasadeentradaodesalida
Illustration 2: Schematic cross-section illustrating the main
processes adding (orange arrows)
and removing (blue arrows) ions from sea water.
and removing (blue arrows) ions from sea water.
El tiempo de residencia de una sustancia
depende de su reactividad química. Por ejemplo, los iones de hierro y aluminio
son altamente reactivos y permanecen en el agua de mar durante un corto período
de tiempo antes de ser incorporados en los sedimentos. En el otro extremo del
espectro, los iones de cloruro permanecen en el agua de mar durante millones de
años antes de ser retirados del océano. Estimaciones de los tiempos de
residencia de los principales constituyentes del océano se dan en la Tabla 2.
SUBSTANCE
|
TIEMPO DE RESIDENCIA
|
SUSTANCIA
|
|
Bicarbonato
(HCO3-)
|
110.000
|
Calcio
(Ca+2)
|
1.000.000
|
Cloruro
(Cl-)
|
100.000.000
|
Magnesio
(Mg+2)
|
13.000.000
|
Potasio
(K+)
|
12.000.000
|
Sílice
(Si)
|
20.000
|
Sodio
(Na+)
|
68.000.000
|
Sulfato
(SO4-2)
|
11.000.000
|
Tabla 2. Estimación de
los tiempos de residencia de los principales constituyentes del agua marina.
Expresados
en años. A partir de Wallace Broecker and Tsung-Hung Peng, Tracers in the
Sea. A publication of the Lamont-Doherty Geological Observatory, Columbia
University, New York, 1982. 690 pp.
|
En conclusión, y en respuesta a la
pregunta en el título de este capítulo, los elevados tiempos de residencia de
los principales constituyentes de la salinidad del agua marina impiden
cualquier cambio rápido de las concentraciones globales de salinidad si no se produce
ningún gran cataclismo geológico en los próximos cien millones de años.
Bibliografia:
“Oceanography: an invitation to Marine
Science”, Tom Garrison and Robert Ellis. Cengage Learning, Boston, MA, USA,
2015. 640 pp.
Joaquim Ballabrera
Poy Emilio García Ladona
Doctores en Ciencias
Físicas
Dept. de Oceanografía
Física y Tecnológica
Instituto de Ciencias del Mar
(ICM-CSIC)
No puedo creer que no haya comentarios de este maravilloso artículo. Muchas gracias. Estuvo comprensible y sencillo. Ustedes sí que desarrollaron un lenguaje digerible y encantador. Me pareció bien concreto y esencial todo el contenido.
ResponderEliminarx2
Eliminaralguno de ustedes podria explicarme
ResponderEliminarEnhorabuena por la labor tan grande que realizáis en la divulgación, me gusta mucho vuestro contenido :D
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