lunes, 29 de octubre de 2018

El Sol y la vida en la Tierra - José A. Caballero

¿Hasta cuándo podrá mantener el Sol la vida en la Tierra?
(Por José A. Caballero)



La Tierra es un planeta habitable y habitado. Es habitable porque la vida basada en el carbono se puede desarrollar en el planeta, y es habitado porque de hecho la vida se ha desarrollado en él durante unos 3700 millones de años, aproximadamente un 80% del tiempo desde que la Tierra se formó en el disco protoplanetario del Sistema Solar. Si existe vida “realmente” inteligente en la Tierra, o si un holocausto nuclear o el impacto de un asteroide mayor que el de Chicxulub en el límite K/T afectaría la habitabilidad del planeta son preguntas que no serán discutidas aquí.

Los astrónomos estamos empezando a descubrir planetas habitables alrededor de otros soles. Algunos de estos exoplanetas podrían estar habitados, y para determinarlo estamos desarrollando telescopios e instrumentos que podrían demostrarlo en el futuro. Mientras tanto, los astrónomos usamos el término habitable de una manera bastante laxa. La zona de habitabilidad la definimos como el rango de separaciones a su sol en las que la superficie de un exoplaneta telúrico puede mantener agua líquida durante largos periodos de tiempo.  Por planeta telúrico entendemos aquel que se parece a la Tierra: ni demasiado pequeño, para que pueda albergar una atmósfera autosostenida, ni demasiado grande, para que esa atmósfera no se haga tan profunda y densa como las de los planetas helados del Sistema Solar (Urano y Neptuno).

En primer orden de aproximación, a un exoplaneta lo calificamos como habitable si su separación a su estrella (semieje mayor), circularización de su órbita (excentricidad), reflectancia de su atmósfera (albedo) y masa (relacionada con la cantidad justa de atmósfera) se corresponden con la luminosidad de su estrella. En realidad, hay muchos otros factores a tener en cuenta para estudiar su habitabilidad, como el efecto de la actividad estelar (frecuencia e intensidad de fulguraciones estelares), rotación sincrónica del planeta (los más cercanos a su estrella siempre le muestran la misma cara, como la Luna a la Tierra), presencia de campo magnético (que protege la superficie planetaria de la actividad estelar), existencia de tectónica de placas (para que se mantenga el ciclo del carbono), composición de la atmósfera (en Venus hay nubes de ácido sulfúrico), estabilización del eje de rotación (gracias a la Luna, el eje de rotación de la Tierra es relativamente estable)…

La Tierra cumple todos esos requisitos de habitabilidad, y los ha cumplido durante al menos esos 3700 millones de años. ¡Por ahora!

De todos es sabido que el Sol es una estrella enana y que tarde o temprano se convertirá en una gigante roja. En realidad, el futuro a muy largo plazo del Sol  (1020 años) es convertirse en una enana negra, que es la fase teórica posterior a la de enana blanca. La enana blanca será el núcleo de helio y carbono del Sol futuro, mientras que las capas exteriores serán expelidas por vientos estelares, formando una preciosa nebulosa planetaria. Antes de esta fase, la Tierra será tragada por la enrarecida atmósfera del Sol cuando este entre en la rama asintótica de las gigantes, dentro de unos 6000 o 7000 millones de años, que es más del tiempo que ha transcurrido desde la formación del Sistema Solar hace unos 4600 millones de años.

¡Pero la Tierra dejará de ser habitable mucho antes! En la actualidad, el Sol quema hidrógeno en su núcleo a un ritmo constante, pero medible. Al transformar hidrógeno en helio, el Sol se va calentando paulatinamente, de forma que el Sol es hoy un 30% más brillante que poco después de que el Sistema Solar llegara a su configuración actual. Dentro de 2800 millones de años, la temperatura de la superficie en los polos alcanzará los 140ºC y los termófilos más resistentes se extinguirán; dentro de 1100 millones de años, los océanos se habrán evaporado, subducido en el manto o fotodisociado por encima de la estratosfera terrestre, y desaparecerán los últimos hongos y plantas fotosintéticas; dentro de 600 millones de años, el 95% de las plantas no podrán realizar la fotosíntesis ya que no habrá suficiente CO2 disponible en la atmósfera (al aumentar la temperatura, el carbono tiende a fijarse a las rocas carbonáceas de la corteza). Las últimas plantas en morir serán las coníferas; en aquel momento solo quedarán aves, pequeños peces, invertebrados y microorganismos. Los mamíferos seremos los primeros en perecer.

Solo tenemos unos 500 millones de años antes de que nuestra civilización colapse. Tenemos este tiempo para organizarnos y sembrar de vida todos los planetas habitables y deshabitados que encontremos en la Vía Láctea. Como decía el filósofo cordobés Séneca, “non est ed astra mollis e terris via” (no hay camino fácil desde la Tierra a las estrellas).


José A. Caballero
Landessternwarte Königstuhl, Heidelberg




1 comentario:

  1. Gracias por subirlo por que tenia que áser una tarea y ya lo ise pero me falta un guión de radio ¡GRACIAS!

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