31 de Octubre
Día Internacional
de la Materia Oscura
(y además San Quintín)
Capítulo 52 (CIENCIA, y además lo entiendo!!!)
¿Qué se entiende por materia
oscura y energía oscura?
(Por Juan García-Bellido Capdevila)
La naturaleza de la materia y energía oscuras es uno de
los mayores misterios de la cosmología moderna. Gracias a la espectacular
revolución en las observaciones astronómicas desde hace dos décadas, creemos
que conocemos bastante bien el origen y la evolución del universo desde las
primeras fracciones de segundo hasta los trece mil ochocientos millones de años
del universo actual, así como el contenido de materia ordinaria en forma de
galaxias, cúmulos y supercúmulos de galaxias, cuya luz nos llega desde los
confines del universo observable. Sin embargo, aún desconocemos de qué está
hecho más del 95% de todo el universo, esto es, la materia y la energía
oscuras. Lo primero que debemos aclarar es que se trata de dos componentes muy
distintas. A pesar de la famosa fórmula de Einstein, no debemos confundir
materia oscura con energía oscura. La primera atrae y la segunda repele gravitacionalmente.
52.1 Materia Oscura.
Uno de los problemas más acuciantes y aún sin resolver de
la cosmología moderna es el hecho de que el 85% de toda la materia en el
Universo esté en la forma de una componente no luminosa, la llamada materia
oscura. Propuesta por primera vez en 1933 por Fritz Zwicky para explicar el
movimiento de las galaxias alrededor de los cúmulos, su naturaleza ha
desconcertado a los astrónomos desde entonces. Hoy en día, tenemos amplia
evidencia de la existencia de la materia oscura, procedente de varias
observaciones astronómicas, como las curvas de rotación de las galaxias, en las
que hace falta más materia que la luminosa para dar cuenta de las velocidades
observadas de las estrellas y el gas en dichas galaxias. Una componente importante
de materia oscura también es necesaria en la formación de galaxias, para
explicar cómo las estructuras a gran escala en el Universo (galaxias, cúmulos y
supercúmulos) se originaron a partir del colapso gravitacional de pequeños
grumos de gas. Tenemos un conocimiento preciso de la distribución espacial de
estos grumos a través de la huella que dejaron en las pequeñas fluctuaciones de
temperatura medidas en el fondo cósmico de microondas.
También necesitamos la materia oscura para explicar las
desviaciones gravitacionales observadas en la luz procedente de fuentes
luminosas distantes detrás de las galaxias y los cúmulos, un fenómeno conocido
como lente gravitacional. Todas estas observaciones muestran que la materia
oscura interactúa gravitacionalmente con la materia ordinaria, pero no da
ninguna pista acerca de que, en realidad, está hecha, y si tiene otras
interacciones. Muchas hipótesis diferentes se han formulado sobre la naturaleza
de la materia oscura y sus interacciones, con más de noventa órdenes en
magnitud en el rango de masa de sus posibles componentes, desde los axiones
ultraligeros a los agujeros negros masivos.
La hipótesis mejor explorada considera que la materia
oscura está hecha de nuevas partículas masivas de interacción débil (WIMPs por
sus siglas en inglés), que se predicen en ciertas extensiones del Modelo
Estándar de la física de partículas. Hasta la fecha no hay ninguna evidencia de
su existencia, proveniente de búsquedas directas en el colisionador gigante de
hadrones (LHC) en el CERN, ni de ninguno de los detectores bajo tierra, como el
CDMS o LUX [1]. Por otra parte no se ha encontrado ninguna evidencia indirecta
a través de satélites astronómicos como Fermi, en busca de señales de su
aniquilación.
Una hipótesis alternativa muy natural, que fue
considerada durante mucho tiempo, es la de objetos compactos masivos del halo
galáctico (MACHOs), tales como planetas, enanas marrones, estrellas de
neutrones o agujeros negros. Tales objetos compactos se buscaron hace décadas,
gracias al fenómeno de microlente gravitacional: cuando un objeto masivo, como
un agujero negro, una enana marrón o incluso un planeta cruza la línea de
visión de una estrella distante, se induce un efecto de lente gravitacional en
los rayos de luz de la estrella, lo que resulta en una amplificación temporal
acromática de la luminosidad de la estrella.
Algunos experimentos astronómicos buscaron variaciones en
el brillo de millones de estrellas en las nubes de Magallanes, sin encontrar
ninguna evidencia clara de objetos compactos que comprendan el 100% de nuestro
halo galáctico. Estos resultados fueron suficientemente concluyentes como para
restringir la hipótesis MACHO hasta masas del orden de unas pocas masas
solares. Recientemente, con el descubrimiento por parte de LIGO de ondas
gravitacionales provinientes de la colisión de dos agujeros negros de unas 30
masas solares, se ha abierto la posibilidad de que la materia oscura esté
formada por una distribución de agujeros negros primordiales de distintas
masas, que se formaron en el universo primitivo (antes de la nucleosíntesis de
los primeros elementos atómicos), cuando el universo tenía menos de un segundo
de vida, a partir de las mismas fluctuaciones que vemos en el fondo de
radiación, pero de mayor amplitud a pequeñas escalas.
Si la materia oscura fueran agujeros negros masivos,
éstos podrían constituir las semillas a partir de las cuales se formaron las
galaxias hace miles de millones de años. La acreción de gas alrededor de dichos
agujeros negros formaría los primeros quásares, que aumentarían su masa hasta
llegar a los miles de millones de masas solares que se observan en el centro de
todas las galaxias espirales. Además, con esta hipótesis se pueden explicar
fácilmente muchas propiedades de la distribución de materia oscura en el
Universo, y en particular porqué hasta ahora no habíamos detectado las galaxias
enanas que orbitan nuestra propia galaxia.
Por otra parte, estos agujeros negros se podrían detectar
con GAIA, buscando pequeñas desviaciones en las trayectorias de las estrellas
de nuestra galaxia debido a la presencia entre ellas de dichos agujeros negros
masivos, así como con experimentos de microlente gravitacional de larga
duración que sean sensibles a masas superiores a 10 masas solares. La confirmación
definitiva probablemente vendrá de la mano de los detectores de ondas
gravitacionales, pues éstos son directamente capaces de detectar la masa y el
espín de los agujeros negros que colisionan, no solo hoy en día sino hace miles
de millones de años, y por tanto determinar su origen no estelar.
52.2 Energía Oscura.
No solo la materia oscura es un misterio que podría tener
solución en un futuro próximo; también la energía oscura podría tener los días
contados, aunque éste es probablemente un problema bastante más peliagudo.
Mientras que la materia oscura actúa como la materia ordinaria, atrayendo otras
componentes de materia, la energía oscura es completamente distinta: se trata
de un agente repulsor del espacio-tiempo, aunque no haya ningún tipo de materia
en él. Es una propiedad muy peculiar de la relatividad general y no tiene su
análogo newtoniano. En la teoría de Einstein, el espacio-tiempo es dinámico y
la materia y la energía lo curvan o deforman. En particular, una densidad de
energía aproximadamente constante (como la así llamada constante cosmológica)
hace que dos puntos cualesquiera del universo se separen de forma acelerada,
cada vez más deprisa. Esta constante fue introducida por Einstein en sus
ecuaciones para contrarrestar la atracción gravitacional de la materia, en su
búsqueda de una solución estática del universo, antes de la detección de la
expansión del universo por Edwin Hubble [2].
A
finales del siglo pasado dos grupos confirmaron, usando medidas de la
luminosidad de ciertas supernovas lejanas, que el universo se está expandiendo
de forma acelerada, tal como predicen las ecuaciones de Einstein con una
constante cosmológica. Hoy en día las medidas de dicha aceleración se hacen con
una gran variedad de observaciones, desde el fondo de radiación de microondas
hasta la estructura a gran escala de galaxias y cúmulos. Sin embargo, estas
observaciones no nos permiten concluir si el agente responsable de la
aceleración actual es una constante o bien evoluciona ligeramente con el tiempo.
En un futuro próximo, con cartografiados más precisos, a bordo de satélites
como Euclid de la ESA, podremos explorar las posibles desviaciones respecto de
una constante cosmológica y determinar si existe algún campo cósmico cuya
energía actual acelere el universo. Tales campos no son impensables, de hecho
aparecen a menudo en la física de partículas, como por ejemplo el campo de
Higgs, cuya densidad de energía es en principio enorme y es necesario un
mecanismo que la restrinja o cancele para que hoy en día tenga un valor
compatible con las observaciones. Otro campo parecido es el del inflatón, cuya
energía es responsable de la aceleración primordial del universo, que actuó
durante una fracción infinitesimal de segundo, poco después del origen del universo,
y que dio lugar a toda la materia y energía que observamos hoy en día, en un
universo homogéneo y euclídeo. Dichos campos podrían estar relacionados con el
misterio de la energía oscura, aunque por el momento es prematuro asignarle un
valor a dicho campo. Esperemos que la exploración del universo con satélites
como Euclid nos desvele el misterio.
Notas:
[1] Ver capítulo 53
[2] Ver capítulo 59
Bibliografía:
“La materia oscura”, Alberto Casas, RBA (2015).
“El corazón de las tinieblas: materia y energía oscuras”, Simon Mitton y
Jeremiah Ostriker, Ed. Pasado y Presente (2014).
Juan García-Bellido Capdevila
Doctor Física Teórica
Catedrático, Universidad Autónoma de MadridImagen compuesta del cúmulo de galaxias CL0024+17 tomada por el telescopio espacial Hubble que muestra la creación de un efecto de lente gravitacional. Se supone que este efecto se debe, en gran parte, a la interacción gravitatoria con la materia oscura.
NASA, ESA, M.J. Jee and H. Ford (Johns Hopkins University)
la oscuridad no es ni materia ni energía. la oscuridad es uno de los tres elementos que originaron o transformaron el universo.
ResponderEliminarel universo fue originado o transformado por etapas y el big bang o explosión es la reacción de los planetas vivos como por ejemplo el planeta tierra para su posterior transformasion o estética actual.
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